sábado, 4 de agosto de 2007

Stress.

Stress. Una bomba que debemos desactivar.

El Cardenal Paroaria Coronata es un pájaro silvestre y como tal, cualquier modificación en su vida, le provocará un gran estrés. Recién cazado y encerrado en una jaula, sufre las exigencias del cambio y responde tratando de huir o pelear.

Es necesario entender los mecanismos de una reacción básica de protección a la vida, el pájaro se rebela, su cuerpo produce adrenalina y otras sustancias. En esta etapa, se gastan recursos vitales, bioquímicos, fisiológicos y psicológicos para pelear contra los factores del estrés.

Después de un período indeterminado, que varía en cada animal, como consecuencia de la presencia de factores de estrés a largo plazo o de un estrés cotidiano acumulativo, el pájaro comienza a mostrar signos de quebrantamiento, pierde su agresividad, se embola, duerme durante el día, intenta comer todo el tiempo pero no puede, sus ojitos pierden la redondez y entra así en un lamentable estado terminal, víctima de un manejo inadecuado y fatal. El estrés es su peor enemigo, es también el desencadenante de diversas patologías y la principal causa de muerte de cualquier animal privado de su libertad.

Sin embargo, y a pesar de la tensión que sufre durante los primeros meses de cautiverio, el Cardenal Paroaria Coronata llega a domesticarse y a vivir muchos años. Pero para que eso ocurra debemos agudizar nuestro poder de observación con el propósito de desactivar la tensión.

Consejos para tener en cuenta:

Adquirir, únicamente, Cardenales Paroaria Coronata nacidos en cautiverio, anillados.

No enjaular Cardenales Paroaria Coronata salvajes y mucho menos si tienen más de seis meses de vida.

Pero si la opción es la caza de Cardenales salvajes, recomiendo, apenas cazados y al momento de enjaularlos darles, a uno por uno, agua con azúcar (si es posible, azúcar de uva) en el pico utilizando para ello un gotero.

Estar atentos a la ingesta de agua las primeras 24 horas. Caso contrario recurrir al gotero. Esta primer intervención le salvará la vida.

No se puede perder tiempo, la jaula debe estar preparada con anticipación y con todos los elementos necesarios, además de agua y comida.

Una vez introducido el pájaro en su nueva jaula, cubrirla con una tela que deje pasar la claridad y mantener la jaula cubierta de esta forma durante varias semanas. De esta manera reduciremos el nivel de estrés, el pájaro irá habituándose a los ruidos de la casa, y luego, poco a poco, cuando estemos seguros que el animal ya no se asusta le iremos retirando la tela por partes hasta descubrir la jaula totalmente.

A menos que en lugar de jaula poseamos un aviario. Nunca enjaulemos dos pájaros nuevos juntos, esto hace que la tensión se potencie.

Separar pájaros incompatibles, antes de que se maten.

Una vez por día y siempre a la misma hora, cada Cardenal debe recibir tres tenebrios en el lenguetero. Esto los domesticará de manera sorprendente.

Muy importante, sobre todo al principio, el cuidador en presencia de sus pájaros vestirá por lo general ropa del mismo color.

El régimen de luz (fotoperíodo) debe ser similar a las horas de luz del día.

Higiene perfecta, cambiar todos los días el papel de la bandeja y observar al mismo tiempo las heces.