sábado, 2 de junio de 2007

Descripción

Paroaria Coronata - Cardenal de Copete Rojo

Clasificación científica

Reino: Animalia
Filo: Chordata
Classe: Aves
Ordem: Passeriformes
Família: Emberizidae
Género: Paroaria
Espécie: Paroaria Coronata


Nombres

En Argentina, popularmente se lo conoce con los nombres de Cardenal, Cardenal Común, o Cardenal de copete rojo.

Tamaño y peso

Mide desde el pico hasta el extremo de la cola entre 18 y 20 cm. Siendo su peso 23 gramos.

Distribución

Especie propia de América del Sur. Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y principalmente Argentina, donde es muy abundante, entre otras, en las Provincias Litoraleñas de Misiones, Corrientes, Entre Ríos, y el Delta del Paraná.

Habitat

Vive en lugares donde existen bosques, plantaciones de árboles y zonas de vegetación arbustivas cercanas a ríos o arroyos. Vuela sin ocultarse de una planta a la otra y desciende al suelo en procura de obtener su alimento. Es un pájaro caminador y pasa gran parte del día corretenado por el suelo a los saltitos.

Comportamiento

Los cardenales son pájaros muy apreciados por su canto y se destaca por su colorido plumaje, su carácter alegre y por su elegante copete, el cual suele lucir erguido o plegado. Emite un canto muy dulce, de cuatro o cinco notas ligadas muy agradables.

Morfología

Es un pájaro muy apreciado, de extraordinaria belleza, tanto por su porte, como por el colorido de su plumaje donde se destaca el rojo bermellón de su cabeza, copete y babero. Ave de plumaje compacto, el color del lomo, alas y cola son de un gris acerado, abarcando toda la gama de los grises y gran parte de cuerpo (pecho y vientre) están cubierto de plumas blancas. Sus patas escamadas son de color plomo y como todos los fringílidos, posee cuatro dedos, tres hacia delante y uno hacia atrás.

Su pico es cónico, relativamente corto y fuerte. Con el, parte, tritura, descascara semillas y se defiende con gran facilidad. Basta tomar al cardenal con la mano para sentir en carne propia la fuerza de su pico cuando se prende con furia y sin soltar de nuestra piel.

Dimorfismo Sexual.

A pesar de las muchas razones que dan algunos aficionados a los pájaros, entre los cardenales, no existen diferencias visibles entre el macho y la hembra en su aspecto o color de su plumaje como para poder determinar el sexo a simple vista. Sin embargo, y a pesar de no existir diferencias, hay quienes recurren o recomiendan el uso del péndulo (radiestesia) asegurando ser este un método infalible, lo cual no tiene fundamento y además, sería meternos en un tema complicado.

El canto sí, puede ser determinante para los conocedores habituados a escucharlos ya que el canto del macho resulta mas brillante que el de la hembra. También la observación puede darnos indicios si estamos atentos a su comportamiento. Igualmente, un examen endoscópico, realizado por un Veterinario puede determinar el sexo.

En el caso de los Cardenales jóvenes, obviamente, tampoco existe dimorfismo sexual. En cambio, es muy fácil distinguir por el color de su plumaje a los pichones de los adultos, ya que hasta el año de vida, el color de las plumas de sus copetes, cabezas y baberos, presentarán un tono amarronadamente rojizo, diferente al rojo brillante de los adultos.

Alimentación

Los Cardenales se alimenta fundamentalmente de semillas, insectos, larvas, verduras, hortalizas y frutitas silvestres. Como la mayoría de los pájaros, el cardenal es un ave que tiene un régimen alimenticio muy variado.

Reproducción

Para los cardenales del hemisferio Sur la época de cría o reproducción se inicia con la llegada de la primavera (promediando el mes de septiembre) y finaliza al concluir el mes de enero. En esta etapa, la más linda en sus vidas, se unen en parejas y allí, entre los dos, comienzan a construir su nido. Preferentemente, el lugar elegido para su instalación serán las horquetas y ramas de los árboles, cercanos a ríos y arroyos. Con ramitas finas, palitos, raíces, cerdas, plumas y musgo entrelazados entre si, en pocos días quedará terminado un nido en forma de cuenco muy liviano y resistente.
Lo normal es que en una temporada efectúen tres nidadas de entre dos y cinco huevos cada vez, aunque lo normal son tres huevos. La incubación de los huevos tendrá una duración de 13 días y estará a cargo de la hembra, mientras tanto el macho será el encargado de proteger y cuidar su territoria para que ningún intruso se aproxime al lugar. La alimentación de los pichones será una tarea ardua, compartida por la pareja y consistirá en acarrear incontables veces al día, cantidad de insectos para calmar a los hambrientos pichones.

Fernando Calparsoro